¿Qué significa que un material es biodegradable?
“Biodegradable” es uno de esos términos que casi todos/as relacionamos con la sostenibilidad y el cuidado al medioambiente.
Pero, ¿sabemos exactamente a qué nos referimos con eso? ¿Qué criterios debe cumplir un material para considerarse biodegradable?
Lo que está claro es que las respuestas a estas preguntas tienen relevancia para todo el planeta.
¿Qué dice la RAE?
El diccionario de la Real Academia Española define el término biodegradable como “dicho de una sustancia que puede ser degradada por la acción biológica.”
Esta capacidad de los materiales para descomponerse es muy valorada a nivel ecológico. Es lógico: cuanto más fácilmente se produzca, menos contaminaremos a nuestro planeta.
¿Qué es biodegradable?
Ahondando un poco más en la definición anterior, los elementos biodegradables son aquellos que se acaban descomponiendo en elementos esenciales, como por ejemplo el carbono, el oxígeno o el silicio.
La duración del proceso depende de las condiciones ambientales, del material que esté fabricado el objeto y de la acción de determinadas bacterias, virus u hongos que viven gracias a este ciclo.
Pero, cuando hablamos de materiales biodegradables, ¿lo son todos en la misma medida?
Materiales biodegradables en embalaje
Papel, cartón, plásticos y vidrios son los elementos más usados para empaquetar y embalar objetos.
Si bien son reciclables y biodegradables hasta cierto punto, no lo hacen de la misma manera ni velocidad.
En este sentido, una diferencia muy importante a tener en cuenta es la diferencia entre un material compostable y biodegradable.
Algunos materiales, además de ser biodegradables son compostables. Eso significa que tienen la capacidad de convertirse en compost en un tiempo corto y de servir, así, como abono para las plantas.
Parece una diferencia sutil, pero es algo a tener en cuenta a la hora de gestionar de manera diferente por parte de las empresas de tratamiento de residuos.
Volviendo a la diferencia entre velocidades y modos de degradación de los materiales, te dejamos con algunos ejemplos:
- El papel se descompone con facilidad de manera natural en el entorno, mientras que el cartón, que nace del mismo producto, tarda mucho más.
- En el mismo caso del papel también podemos hacer distinciones. El proceso de degradación del papel Kraft, por ejemplo, es mucho más sostenible, ya que en su proceso de degradación no libera sustancias químicas que proceden del proceso de blanqueamiento a los que se someten otros tipos de papel.
- En el caso del plástico, encontramos desde tipos compostables (es decir, que se degradan con el resto de sustancias orgánicas) hasta plásticos que tardan cientos de años en degradarse.
- El vidrio, por su lado, es un material altamente reutilizable, aunque su proceso de degradación suele durar cientos de años.
Beneficios de usar un material biodegradable
En un planeta cada vez más saturado de basura, el uso de productos biodegradables es crucial para que las próximas generaciones puedan disfrutar de su entorno.
La ausencia de residuos, contaminación y el aumento de la sostenibilidad convierten a estos materiales en los grandes aliados verdes.
Y aunque si bien es cierto que el coste de estos materiales suele ser algo más elevado, sus beneficios a medio y largo plazo los convierte en imprescindibles para nuestro futuro.
Tipos de materiales biodegradables
Por suerte, el aumento de la conciencia ecológica está motivando un cambio en el modelo de producción.
La industria del embalaje pone cada vez más el acento en la innovación y producción de nuevos materiales cada vez más sostenibles y biodegradables. Algunos ejemplos de materiales actuales son los siguientes:
- Plásticos creados a partir de almidón, usados para elaborar vasos, platos, cubiertos desechables, etc. Esta solución ha cobrado especial protagonismo desde que la Unión Europea prohibió los plásticos de un solo uso.
- Plásticos derivados a partir del centeno y fibras vegetales que se han convertido en tendencia en los últimos años para la elaboración de bolsos, mochilas y capatazos.
- Papel reciclado, que aumenta el porcentaje de recuperación mundial año tras año.
- Anillas de cartón, que han conseguido sustituir a las anillas de plástico, tan nocivas para la fauna marina. Al contrario, al llegar al mar, las anillas de cartón se descomponen y sirven de alimento para la fauna marina.
- Bolsas de bioplásticos fabricados con fécula de patata. Estas bolsas se biodegradan con facilidad y se convierten en abono natural, por lo que las podemos considerar compostables.
En la medida de nuestras posibilidades, es importante que todos/as nos esforcemos al máximo para eliminar de su vida los plásticos y otros elementos no biodegradables. Como ves, las alternativas son cada vez más abundantes y efectivas.
Si te dedicas a la fabricación, comercio y/o almacenaje de productos, esta conciencia cobra todavía más importancia. Por eso, es fundamental que elijas un asesor de embalaje que pueda proveerte de materiales biodegradables y que te permita una actividad lo más eco-friendly posible.
En Simapack, nos hemos esforzado para que el 100% de nuestros plásticos sean biodegradables. También asesoramos a nuestros clientes para que cuenten siempre con la solución de embalaje más verde, pero también más rentable. Si tú también estás listo/a para dar el paso, contacta con nosotros a través del siguiente enlace.